Un desarrollo independiente en el arte estadounidense se produjo con retraso. Uno de los primeros pintores de los Estados Unidos de América fue Gilbert Stuart, que alcanzó la fama como retratista de George Washington. La obra más famosa es la Cabeza de Ateneo, que puede verse hoy en día en el billete de un dólar. Otra obra famosa es el Retrato de Washington de Landsdowne, que se compara con la Declaración de Independencia y la Campana de la Libertad por su importancia cultural. Sin embargo, Estados Unidos no contaba con una escuela formativa propia en aquella época.

En 1820 surgió la primera escuela americana de bellas artes, la Escuela del Río Hudson. Esta escuela se caracterizó sobre todo por la franqueza y la sencillez de la visión, así como por la reproducción precisa y detallada de los paisajes americanos.

Thomas Cole es considerado el fundador y representante más importante de esta escuela. Sus obras más conocidas son Expulsión del jardín del Edén (1828) y Sueño de Arcadia (1838). El propio John Trumbull, pintor ("La firma de la Declaración de la Independencia", 1776) y durante muchos años presidente de la Academia Americana de Bellas Artes, desempeñó un papel importante para darle fama en el mundo del arte de Nueva York.

Un artista estadounidense más joven es George Bellows, uno de los principales representantes del realismo estadounidense de principios del siglo XX. Los motivos más populares de su obra eran las representaciones deportivas, como los combates de boxeo.