En la transición del gótico tardío a la primera fase del Renacimiento, se desarrolló en los Países Bajos una escuela regional de pintura que dio forma al movimiento artístico de la pintura neerlandesa antigua. El panorama artístico europeo vivió un periodo de cambios. A principios del siglo XIV, la iglesia ya no era el único mecenas; cada vez más, los pintores recibían encargos de las casas reales. Este cambio fue acompañado por un retorno a la pintura holandesa y el desarrollo de estilos independientes. Las representaciones realistas de la pintura franco-flamenca de libros de Jean Pucelle se consideran el punto de partida del estilo realista del grupo de artistas flamencos. El desarrollo de la pintura al óleo y el conocimiento de la profundidad de la perspectiva hicieron que los retratos mostraran un alto grado de realismo. Este realismo se trasladó posteriormente a las representaciones del paisaje de los pintores flamencos. La observación minuciosa de la naturaleza, incluido el cuerpo humano, cambió la forma de representar a las personas. Se acabaron los días de las figuras sin velo y de cutis impecable. Con la ayuda de los reflejos de la luz, las representaciones adquirieron una nueva plasticidad Robert Campin y van Eyck mostraron personas y cuerpos con todas sus imperfecciones. Las arrugas, las bolsas bajo los ojos y la plenitud del cuerpo se representaron con toda la crueldad. Robert Campin está considerado como un maestro de la pintura flamenca y, junto con los hermanos van Eyck, creó un arte que dejó de ser patrimonio de la iglesia y de las casas reales. Los pintores flamencos creaban arte para los salones de los ciudadanos. Otros representantes importantes fueron van der Eyden y van der Goes, que transmitieron los conocimientos del arte neerlandés antiguo en sus talleres.