En la historia del arte, esta larga época estilística se extiende desde el final del Barroco, pasando por el Clasicismo, el Romanticismo, el Biedermeier y el Impresionismo, hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Los reyes, los príncipes y el clero fueron despojados de su poder durante la Ilustración y se reforzaron los derechos civiles. Esto tuvo consecuencias no sólo para el desarrollo económico y tecnológico, sino también para la convivencia social, así como para las humanidades y la comprensión del arte.

Los artistas reaccionaron a los desarrollos innovadores con una inventiva dinámica. Los pintores de este periodo crearon su visión subjetiva del mundo con sus obras. Como los mecenas tradicionales reaccionaron inicialmente sin comprender, hubo que encontrar un sustituto en el mercado del arte libre. En la segunda mitad del siglo XIX, había exposiciones en estudios y galerías de arte.

Era la época de los impresionistas, que primero fueron denostados como "borradores enloquecidos". Artistas franceses de talla mundial como Edgar Degas ("La absenta"), Claude Monet ("Amanecer") o Edouard Manet ("Bar en el Folies Bergère") sufrieron. El popular pintor austriaco del Art Nouveau ("El Beso") es uno de los artistas más destacados de esta época artística saliente.

Los cuadros se volvieron cada vez más individuales y se produjo una ruptura en la comprensión del arte. Los partidarios del movimiento artístico académico se enfrentaron a los vanguardistas de mentalidad abierta. Al final, la crítica y los feroces debates públicos despejaron el camino a las ideas subjetivas de los artistas.