El puntillismo es un estilo de pintura que se adscribe al neoimpresionismo y que tuvo su apogeo entre 1897 y 1910. Se ve a sí misma como una evolución del Impresionismo. La característica principal del puntillismo son las pinturas diseñadas con puntos, los colores preferidos son las pinturas al óleo. El término deriva del verbo francés pointiller, que significa "dibujar con puntos".

Las zonas de color interrumpidas confieren a los cuadros puntillistas un aspecto ligero y aéreo y crean la deseada impresión de impermanencia. Se intentaba mostrar las instantáneas de la forma más realista posible y se utilizaban sólo colores puros en el puntillismo. El estilo pictórico hace uso de la mezcla aditiva de colores. Sólo a cierta distancia los puntos individuales se mezclan en áreas y el ojo humano reconoce la representación en su totalidad. Los representantes más conocidos son los artistas franceses Georges Seurat y Paul Signac, que también participaron en otros estilos además del puntillismo. Georges Seurat es considerado el fundador del estilo, pero el pintor Camille Pissaro no es menos famoso. Vincent van Gogh también probó el puntillismo. Una de sus obras pointilistas se titula "Interior de un restaurante" y data de 1897.

Los artistas puntillistas fueron a menudo subestimados por sus contemporáneos. Su pintura fue tachada erróneamente de infantil. Hoy en día, los historiadores del arte opinan que el modernismo no habría sido posible en absoluto sin el puntillismo.