El arte victoriano marcó el reinado de la reina Victoria en Inglaterra de 1837 a 1901. Los prerrafaelistas, bajo el mando de Dante Gabriel Rossetti, se opusieron a las representaciones claras y frías del clasicismo que habían prevalecido hasta entonces: él y sus compañeros William Holman Hunt, Edward Burne-Jones y John Everett Millais se orientaron hacia el estilo de la Edad Media y el Renacimiento e introdujeron en sus obras la representación naturalista de personas y paisajes que era habitual en la época. Los motivos más populares eran las escenas antiguas y religiosas, así como las figuras míticas, y los retratos también eran muy importantes.

Además de los prerrafaelistas, otros estilos influyeron en el arte de la época victoriana: Frederic Leighton, cuyos cuadros más conocidos representan a mujeres jóvenes en escenas antiguas y bíblicas, se consideraba un representante del neoclasicismo. Entre los representantes del realismo académico estaba Lawrence Alma-Tadema, que se dedicó principalmente a la pintura de historia. Las influencias prerrafaelistas, clasicistas e impresionistas se encuentran en los cuadros de John William Waterhouse.

Entre las obras más famosas de la época victoriana están "Beata Beatrix" de Dante Gabriel Rossetti, "La luz del mundo" de William Holman Hunt y "Ofelia" de John Everett Millais. Con la aparición del modernismo clásico a principios del siglo XX, el arte victoriano quedó relegado a un segundo plano; no fue hasta la década de 1970 cuando experimentó un renacimiento histórico del arte.