La pintura de interiores es un género pictórico que se centra en la representación de espacios interiores. Habitaciones amuebladas iluminadas con el resplandor de la luz artificial o iluminadas por el juego diurno del cielo que brilla a través de una ventana. La representación de habitaciones ha sido un elemento fijo en el arte durante siglos, pero está sujeta a ciertas modas. Su popularidad cambió a lo largo de los siglos. En el apogeo de la pintura holandesa, las representaciones de habitaciones estaban muy solicitadas. Vincent van Gogh los devolvió al primer plano del interés artístico pintando habitaciones desiertas. Las obras tienen en común una cierta frialdad; rara vez son lugares que corresponden a la comprensión actual de la seguridad. Susan Ryder ha llevado la pintura de interiores a los tiempos modernos. Crea espacios que invitan a entrar y participar en la vida dentro de ellos. Los muebles opulentos transmiten una sensación de calidez. Una mesa puesta con tazas de té humeantes o un arreglo hospitalario en un jardín de verano despiertan el deseo de participar. Los interiores de Susan se sienten vigorizados y, aunque los residentes rara vez son visibles, se despierta el deseo de conocerlos.
Susan Ryder es una maestra en el juego de la luz. Las lámparas y el resplandor del fuego de la chimenea transforman los colores de las paredes y los muebles. Los pasillos están iluminados por la fresca luz del sol cuando ésta cae por la rendija de una puerta abierta. Son estos pequeños detalles los que hacen que los interiores sean tan entrañables. Las puertas que se abren como por accidente, un abrigo desechado o una baraja abierta dan la impresión de que los ocupantes han salido de la habitación por poco tiempo y que volverán en cualquier momento. El pintor trabaja con finas pinceladas para crear superficies que revelan las texturas de las telas finas y dan a los muebles una pátina de vida y amor. Susan Ryder cita la luz interior como su mayor fuente de inspiración. En los tiempos en que el mundo ha vuelto al ámbito doméstico, Susan ha sacado energía artística. La sensación de un tiempo aparentemente interminable, los espacios que llenaban de vida el hogar familiar y la experiencia ilimitada de la luz doméstica provocaron una fase creativa.
Además de sus obras personales, Susan Ryder es una cotizada retratista. El pintor prefiere retratar en un entorno personal. Sus retratos destilan los momentos de bienestar que la persona pintada sintió al crear el cuadro. A Susan le encanta viajar para hacer sus retratos y conocer el hogar de sus modelos. Tarda varios días y el resultado es una impresión general de la personalidad. Los retratos de Susan son empáticos y dan fe de la gran pasión con la que trabaja la artista. Sus representaciones han atraído la atención de la realeza. Susan Ryder recibió el encargo de pintar un retrato de Lady Diana por parte del Príncipe Carlos y, en años posteriores, retrató a la Reina Isabel. Arriba
La pintura de interiores es un género pictórico que se centra en la representación de espacios interiores. Habitaciones amuebladas iluminadas con el resplandor de la luz artificial o iluminadas por el juego diurno del cielo que brilla a través de una ventana. La representación de habitaciones ha sido un elemento fijo en el arte durante siglos, pero está sujeta a ciertas modas. Su popularidad cambió a lo largo de los siglos. En el apogeo de la pintura holandesa, las representaciones de habitaciones estaban muy solicitadas. Vincent van Gogh los devolvió al primer plano del interés artístico pintando habitaciones desiertas. Las obras tienen en común una cierta frialdad; rara vez son lugares que corresponden a la comprensión actual de la seguridad. Susan Ryder ha llevado la pintura de interiores a los tiempos modernos. Crea espacios que invitan a entrar y participar en la vida dentro de ellos. Los muebles opulentos transmiten una sensación de calidez. Una mesa puesta con tazas de té humeantes o un arreglo hospitalario en un jardín de verano despiertan el deseo de participar. Los interiores de Susan se sienten vigorizados y, aunque los residentes rara vez son visibles, se despierta el deseo de conocerlos.
Susan Ryder es una maestra en el juego de la luz. Las lámparas y el resplandor del fuego de la chimenea transforman los colores de las paredes y los muebles. Los pasillos están iluminados por la fresca luz del sol cuando ésta cae por la rendija de una puerta abierta. Son estos pequeños detalles los que hacen que los interiores sean tan entrañables. Las puertas que se abren como por accidente, un abrigo desechado o una baraja abierta dan la impresión de que los ocupantes han salido de la habitación por poco tiempo y que volverán en cualquier momento. El pintor trabaja con finas pinceladas para crear superficies que revelan las texturas de las telas finas y dan a los muebles una pátina de vida y amor. Susan Ryder cita la luz interior como su mayor fuente de inspiración. En los tiempos en que el mundo ha vuelto al ámbito doméstico, Susan ha sacado energía artística. La sensación de un tiempo aparentemente interminable, los espacios que llenaban de vida el hogar familiar y la experiencia ilimitada de la luz doméstica provocaron una fase creativa.
Además de sus obras personales, Susan Ryder es una cotizada retratista. El pintor prefiere retratar en un entorno personal. Sus retratos destilan los momentos de bienestar que la persona pintada sintió al crear el cuadro. A Susan le encanta viajar para hacer sus retratos y conocer el hogar de sus modelos. Tarda varios días y el resultado es una impresión general de la personalidad. Los retratos de Susan son empáticos y dan fe de la gran pasión con la que trabaja la artista. Sus representaciones han atraído la atención de la realeza. Susan Ryder recibió el encargo de pintar un retrato de Lady Diana por parte del Príncipe Carlos y, en años posteriores, retrató a la Reina Isabel. Arriba
Página 1 / 1