En el corazón de Francia, en la ciudad de Le Mans, nació el 11 de julio de 1885 Roger-Noël-François André de La Fresnaye. Su ingeniosa interpretación del cubismo le convertiría en uno de los pintores más famosos de su época. Todos los grabados realizados a partir de sus originales reflejan la apasionada dedicación que de La Fresnaye puso en su oficio. Su arte destila una energía y una alegría del color que siguen cautivando al público hoy en día. Su viaje hacia la maestría artística comenzó en París, donde disfrutó de su escolaridad y luego siguió cursos en escuelas de arte de renombre como la Académie Julian, la École des Beaux-Arts y la Académie Ranson. Inspirado por artistas famosos como Paul Gauguin y Paul Cézanne, desarrolló su propio lenguaje artístico y se decantó por el cubismo. Sus obras no sólo son geométricamente atractivas, sino que también se caracterizan por sus colores vibrantes y su generoso uso de las formas. Son estos elementos únicos los que hacen que una obra de De La Fresnaye sea una valiosa adición a cualquier colección de arte.
El trabajo voluntario de De La Fresnaye en la Primera Guerra Mundial no sólo moldeó su carácter, sino que también influyó en su arte. Los dibujos que realizó durante esta época documentan de forma impresionante la vida en el frente. Pero la guerra le pasó factura: tras un ataque con gas venenoso, de La Fresnaye contrajo tuberculosis pulmonar y fue dado de baja por no ser apto para el servicio. Se retiró al sur de Francia y murió en Grasse en 1925 a consecuencia de una meningitis tuberculosa. Un grabado de Roger de La Fresnaye es algo más que una réplica de un cuadro: es un testimonio del pasado y, al mismo tiempo, una expresión de la belleza intemporal del arte. Cada una de sus obras cuenta una historia y nos invita a mirar el mundo a través de los ojos de uno de los principales pintores del cubismo.
En el corazón de Francia, en la ciudad de Le Mans, nació el 11 de julio de 1885 Roger-Noël-François André de La Fresnaye. Su ingeniosa interpretación del cubismo le convertiría en uno de los pintores más famosos de su época. Todos los grabados realizados a partir de sus originales reflejan la apasionada dedicación que de La Fresnaye puso en su oficio. Su arte destila una energía y una alegría del color que siguen cautivando al público hoy en día. Su viaje hacia la maestría artística comenzó en París, donde disfrutó de su escolaridad y luego siguió cursos en escuelas de arte de renombre como la Académie Julian, la École des Beaux-Arts y la Académie Ranson. Inspirado por artistas famosos como Paul Gauguin y Paul Cézanne, desarrolló su propio lenguaje artístico y se decantó por el cubismo. Sus obras no sólo son geométricamente atractivas, sino que también se caracterizan por sus colores vibrantes y su generoso uso de las formas. Son estos elementos únicos los que hacen que una obra de De La Fresnaye sea una valiosa adición a cualquier colección de arte.
El trabajo voluntario de De La Fresnaye en la Primera Guerra Mundial no sólo moldeó su carácter, sino que también influyó en su arte. Los dibujos que realizó durante esta época documentan de forma impresionante la vida en el frente. Pero la guerra le pasó factura: tras un ataque con gas venenoso, de La Fresnaye contrajo tuberculosis pulmonar y fue dado de baja por no ser apto para el servicio. Se retiró al sur de Francia y murió en Grasse en 1925 a consecuencia de una meningitis tuberculosa. Un grabado de Roger de La Fresnaye es algo más que una réplica de un cuadro: es un testimonio del pasado y, al mismo tiempo, una expresión de la belleza intemporal del arte. Cada una de sus obras cuenta una historia y nos invita a mirar el mundo a través de los ojos de uno de los principales pintores del cubismo.
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