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Luigi Russolo fue un adelantado a su tiempo. Casi revolucionario, el artista puso patas arriba el mundo de la pintura con sus cuadros. El pintor italiano nació el 30 de abril de 1885 en Portogruaro, Véneto. Este talento excepcional se dedicó inicialmente a la pintura. En la academia de arte Accademia di Brera, en Milán, adquirió todos los conocimientos necesarios para crear impresionantes obras de arte. Paralelamente a sus estudios, Russolo también se interesó por las obras sonoras. Hacía tiempo que le fascinaban los ruidos urbanos de la civilización del siglo XX. Al unirse a un grupo de jóvenes pintores que querían desarrollar una nueva forma de crear arte, Russolo se sintió verdaderamente inspirado. Durante su carrera artística, este espíritu libre se dedicó al futurismo. Russolo dio la espalda a los hábitos tradicionales y se dejó llevar por la velocidad moderna. Construyó la primera máquina de sonido (intonarumori), que se utilizó en conciertos futuristas y en bandas sonoras de películas mudas en la década de 1920.rnbr/br/rnPero no sólo musicalmente Luigi Russolo estuvo en el centro del futurismo. Todas sus obras pictóricas revelaban también un estilo frío y simbolista. Russolo supo identificarse perfectamente con este nuevo movimiento. Esta forma de arte ayudó al pionero del modernismo a evadirse de la realidad. Por fin había encontrado una forma de expresar sus propias ideologías y sentimientos de una manera muy personal. Con sus imágenes oníricas y altamente simbólicas, Russolo pretendía estimular la reflexión. El creador intentaba retratar el mensaje real de la obra a través de contextos inusuales o confusos.rnbr/br/rnLa impresión "La dinámica de un coche" llamó mucho la atención. El motivo, que se muestra como un abanico de estructuras angulares en forma de cuña con bordes rojos brillantes, refleja un coche de carreras que, visto desde arriba, se precipita hacia la izquierda a una velocidad vertiginosa. Las vibraciones acústicas representan una deformación deliberada del objeto y del espacio circundante. Russolo también presenta un frenesí de color en el cuadro "Olor". El detalle del cuadro revela la cabeza de una persona que se entrega incondicionalmente a los ritmos y movimientos que le rodean. Las fuerzas que actúan sobre el ser se entrelazan naturalmente con el espacio. En sus primeras obras, el pintor italiano se centró en los paisajes. Prefería bañarlos en una luz dramática. La obra "Autorretrato con calaveras" también despierta fascinación. El retrato muestra al artista atormentado por su agitación interior. Vuelca su mundo emocional hacia el exterior, lo que es expresión de un sentimiento de irrealidad, impotencia, miedo a perder el control o incluso miedo a la muerte. Durante toda su etapa creativa, Russolo se mantuvo fiel al movimiento artístico de vanguardia. Le complacía despreciar los viejos ideales de belleza y, en su lugar, reforzar la conciencia de la velocidad y el dinamismo.
Luigi Russolo fue un adelantado a su tiempo. Casi revolucionario, el artista puso patas arriba el mundo de la pintura con sus cuadros. El pintor italiano nació el 30 de abril de 1885 en Portogruaro, Véneto. Este talento excepcional se dedicó inicialmente a la pintura. En la academia de arte Accademia di Brera, en Milán, adquirió todos los conocimientos necesarios para crear impresionantes obras de arte. Paralelamente a sus estudios, Russolo también se interesó por las obras sonoras. Hacía tiempo que le fascinaban los ruidos urbanos de la civilización del siglo XX. Al unirse a un grupo de jóvenes pintores que querían desarrollar una nueva forma de crear arte, Russolo se sintió verdaderamente inspirado. Durante su carrera artística, este espíritu libre se dedicó al futurismo. Russolo dio la espalda a los hábitos tradicionales y se dejó llevar por la velocidad moderna. Construyó la primera máquina de sonido (intonarumori), que se utilizó en conciertos futuristas y en bandas sonoras de películas mudas en la década de 1920.rnbr/br/rnPero no sólo musicalmente Luigi Russolo estuvo en el centro del futurismo. Todas sus obras pictóricas revelaban también un estilo frío y simbolista. Russolo supo identificarse perfectamente con este nuevo movimiento. Esta forma de arte ayudó al pionero del modernismo a evadirse de la realidad. Por fin había encontrado una forma de expresar sus propias ideologías y sentimientos de una manera muy personal. Con sus imágenes oníricas y altamente simbólicas, Russolo pretendía estimular la reflexión. El creador intentaba retratar el mensaje real de la obra a través de contextos inusuales o confusos.rnbr/br/rnLa impresión "La dinámica de un coche" llamó mucho la atención. El motivo, que se muestra como un abanico de estructuras angulares en forma de cuña con bordes rojos brillantes, refleja un coche de carreras que, visto desde arriba, se precipita hacia la izquierda a una velocidad vertiginosa. Las vibraciones acústicas representan una deformación deliberada del objeto y del espacio circundante. Russolo también presenta un frenesí de color en el cuadro "Olor". El detalle del cuadro revela la cabeza de una persona que se entrega incondicionalmente a los ritmos y movimientos que le rodean. Las fuerzas que actúan sobre el ser se entrelazan naturalmente con el espacio. En sus primeras obras, el pintor italiano se centró en los paisajes. Prefería bañarlos en una luz dramática. La obra "Autorretrato con calaveras" también despierta fascinación. El retrato muestra al artista atormentado por su agitación interior. Vuelca su mundo emocional hacia el exterior, lo que es expresión de un sentimiento de irrealidad, impotencia, miedo a perder el control o incluso miedo a la muerte. Durante toda su etapa creativa, Russolo se mantuvo fiel al movimiento artístico de vanguardia. Le complacía despreciar los viejos ideales de belleza y, en su lugar, reforzar la conciencia de la velocidad y el dinamismo.