Un nuevo día amanece en 1539 en Zúrich, cuna del artista suizo-alemán Jost Amman, cuyo nombre se escuchaba a menudo en lenguas latinas como Jodocus Amman. De la pluma de este talentoso grabador de cobre, cortador de moldes y pintor brotaron no sólo exquisitas ilustraciones y obras de arte ricamente detalladas, sino también profundos libros que ilustran su inquebrantable compromiso con las artes.
Bajo la influencia paterna del clérigo protestante Johann Jakob Ammann, el joven Amman se dirigió a Núremberg en 1561, impulsado por la perspectiva de trabajar con Virgil Solis. Pero el repentino fallecimiento de su mentor apenas un año después sacudió a la comunidad artística de Núremberg, dejando un enorme vacío en su seno. Pero en medio del vacío artístico, Amman empezó a crecer y a florecer, entregándose a las herramientas y técnicas del oficio que le legó el taller de Solís. Con el tiempo, obtuvo la ciudadanía de la ciudad, honor que conservó hasta su muerte en 1591.
Amman fue considerado uno de los dibujantes y moldistas más importantes de su época, designación que se refleja en la incomparable belleza de su obra. Produjo una impresionante serie de libros con xilografías que abarcaban una amplia gama de temas, desde libros genealógicos y de torneos hasta farmacopeas y libros de partería. También ilustró ediciones de la Biblia, obras antiguas y contemporáneas, y libros de no ficción sobre temas religiosos e históricos. Sus xilografías se caracterizaban por una elegante esbeltez de figuras que parecían un poco amaneradas, pero que sin embargo cautivaban con observaciones detalladas y representaciones cercanas a la vida cotidiana. Amman dejó tras de sí no sólo una extensa obra artística, sino también una contribución al conocimiento histórico-cultural de su época. Sus ilustraciones y grabados artísticos abren una ventana a épocas pasadas al representar profesiones, trajes y escenas cotidianas de forma viva y auténtica. Además, creó dibujos detallados para vidrieras y detalles arquitectónicos, por ejemplo para la Neubaukirche, la iglesia universitaria de Würzburg.
Sus obras, que se pueden encontrar hoy en día en las impresiones artísticas perfectamente formadas de nuestra colección, son una expresión de su dedicación al oficio y de su capacidad para entrelazar el arte y la vida cotidiana de una manera única. Las finas líneas que recorren cada obra no son sólo expresión de la maestría técnica de Amman, sino también testimonio de su contribución a la historia del arte y de su incomparable capacidad para ver el mundo a través de la lente del arte. Al hacerlo, sus obras revelan una habilidad sin igual para retratar el carácter y el estado de ánimo, reflejados en cada detalle. Sus escritos técnicos y teóricos sobre arte también revelan a un artista que no sólo era capaz de crear obras extraordinarias, sino también de poner en palabras y transmitir su comprensión del arte y el oficio.
Un nuevo día amanece en 1539 en Zúrich, cuna del artista suizo-alemán Jost Amman, cuyo nombre se escuchaba a menudo en lenguas latinas como Jodocus Amman. De la pluma de este talentoso grabador de cobre, cortador de moldes y pintor brotaron no sólo exquisitas ilustraciones y obras de arte ricamente detalladas, sino también profundos libros que ilustran su inquebrantable compromiso con las artes.
Bajo la influencia paterna del clérigo protestante Johann Jakob Ammann, el joven Amman se dirigió a Núremberg en 1561, impulsado por la perspectiva de trabajar con Virgil Solis. Pero el repentino fallecimiento de su mentor apenas un año después sacudió a la comunidad artística de Núremberg, dejando un enorme vacío en su seno. Pero en medio del vacío artístico, Amman empezó a crecer y a florecer, entregándose a las herramientas y técnicas del oficio que le legó el taller de Solís. Con el tiempo, obtuvo la ciudadanía de la ciudad, honor que conservó hasta su muerte en 1591.
Amman fue considerado uno de los dibujantes y moldistas más importantes de su época, designación que se refleja en la incomparable belleza de su obra. Produjo una impresionante serie de libros con xilografías que abarcaban una amplia gama de temas, desde libros genealógicos y de torneos hasta farmacopeas y libros de partería. También ilustró ediciones de la Biblia, obras antiguas y contemporáneas, y libros de no ficción sobre temas religiosos e históricos. Sus xilografías se caracterizaban por una elegante esbeltez de figuras que parecían un poco amaneradas, pero que sin embargo cautivaban con observaciones detalladas y representaciones cercanas a la vida cotidiana. Amman dejó tras de sí no sólo una extensa obra artística, sino también una contribución al conocimiento histórico-cultural de su época. Sus ilustraciones y grabados artísticos abren una ventana a épocas pasadas al representar profesiones, trajes y escenas cotidianas de forma viva y auténtica. Además, creó dibujos detallados para vidrieras y detalles arquitectónicos, por ejemplo para la Neubaukirche, la iglesia universitaria de Würzburg.
Sus obras, que se pueden encontrar hoy en día en las impresiones artísticas perfectamente formadas de nuestra colección, son una expresión de su dedicación al oficio y de su capacidad para entrelazar el arte y la vida cotidiana de una manera única. Las finas líneas que recorren cada obra no son sólo expresión de la maestría técnica de Amman, sino también testimonio de su contribución a la historia del arte y de su incomparable capacidad para ver el mundo a través de la lente del arte. Al hacerlo, sus obras revelan una habilidad sin igual para retratar el carácter y el estado de ánimo, reflejados en cada detalle. Sus escritos técnicos y teóricos sobre arte también revelan a un artista que no sólo era capaz de crear obras extraordinarias, sino también de poner en palabras y transmitir su comprensión del arte y el oficio.
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