En las sombras resplandecientes del antiguo Japón, donde tradición e innovación se entremezclaban, Hiroshige II emergió como maestro del arte ukiyo-e. Cuando nació en 1826, nadie podía imaginar los pasos que seguiría y las leyendas que perpetuaría. Profundamente arraigado en la edad de oro del arte ukiyo-e, adoptó no sólo el estilo artístico sino también el famoso nombre de su maestro, Hiroshige. Esto ocurrió tras la muerte del maestro en 1858, e Hiroshige II selló la unión casándose con la hija de Hiroshige.
Durante sus primeros años de creación, su obra reflejaba tan fielmente la delicada firma de su maestro que incluso los estudiosos solían confundirlos. Por ello, en el caso de los grabados de esta época, a veces resulta difícil decidir si son de la mano de Hiroshige o de Hiroshige II. Esto demuestra el inmenso talento de Hiroshige II, que fue capaz de crear obras tan impresionantes y tan parecidas a las de su mentor. Pero a pesar de estas similitudes, también imprimió un toque individual en sus obras. Tras la disolución de su matrimonio, en 1865, se trasladó de Edo a Yokohama y adaptó el sonoro nombre de Kisai Risshō. Durante estos años, colaboró con otros grandes maestros como Kunisada y también se dedicó a la decoración de artículos de exportación, muestra de su adaptabilidad y amplio abanico artístico.
A pesar de su temprana muerte en 1869, con sólo 44 años, Hiroshige II dejó un legado que sigue vivo hoy en día en las estampas artísticas reproducidas por nuestra empresa. Estas reproducciones intentan hacer justicia a su genio y mantener viva la edad de oro del arte ukiyo-e para las generaciones venideras. Resulta fascinante pensar que, aunque Hiroshige III, otro discípulo del gran Hiroshige, también siguió su propio camino, fue Hiroshige II quien recordó con más fuerza la brillantez y la complejidad del Hiroshige original.
En las sombras resplandecientes del antiguo Japón, donde tradición e innovación se entremezclaban, Hiroshige II emergió como maestro del arte ukiyo-e. Cuando nació en 1826, nadie podía imaginar los pasos que seguiría y las leyendas que perpetuaría. Profundamente arraigado en la edad de oro del arte ukiyo-e, adoptó no sólo el estilo artístico sino también el famoso nombre de su maestro, Hiroshige. Esto ocurrió tras la muerte del maestro en 1858, e Hiroshige II selló la unión casándose con la hija de Hiroshige.
Durante sus primeros años de creación, su obra reflejaba tan fielmente la delicada firma de su maestro que incluso los estudiosos solían confundirlos. Por ello, en el caso de los grabados de esta época, a veces resulta difícil decidir si son de la mano de Hiroshige o de Hiroshige II. Esto demuestra el inmenso talento de Hiroshige II, que fue capaz de crear obras tan impresionantes y tan parecidas a las de su mentor. Pero a pesar de estas similitudes, también imprimió un toque individual en sus obras. Tras la disolución de su matrimonio, en 1865, se trasladó de Edo a Yokohama y adaptó el sonoro nombre de Kisai Risshō. Durante estos años, colaboró con otros grandes maestros como Kunisada y también se dedicó a la decoración de artículos de exportación, muestra de su adaptabilidad y amplio abanico artístico.
A pesar de su temprana muerte en 1869, con sólo 44 años, Hiroshige II dejó un legado que sigue vivo hoy en día en las estampas artísticas reproducidas por nuestra empresa. Estas reproducciones intentan hacer justicia a su genio y mantener viva la edad de oro del arte ukiyo-e para las generaciones venideras. Resulta fascinante pensar que, aunque Hiroshige III, otro discípulo del gran Hiroshige, también siguió su propio camino, fue Hiroshige II quien recordó con más fuerza la brillantez y la complejidad del Hiroshige original.
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