Hendrick Goltzius, nacido en los gélidos días de invierno de 1558 en Bracht, no sólo fue un maestro del arte, sino también un pionero del arte del grabado en cobre. En un país conocido por su revolución científica y artística, Goltzius se erigió en monumento.
Formado bajo la atenta mirada de Dirck Volkertszoon Coornhert y Philipp Galle, Goltzius desarrolló una afinidad por la técnica del grabado en cobre. Con una curiosidad incansable, viajó por Italia y Alemania, realizando "treffliche Studien". A pesar de tener la mano derecha malformada -una cicatriz de la infancia provocada por una dolorosa quemadura-, perfeccionó su arte con tal brillantez que se retrató a sí mismo en un autorretrato especial en el que mostraba la mano ideal para su profesión. Cuenta la leyenda que apuñalaba con la mano derecha y pintaba con la izquierda, hecho confirmado por su biógrafo Karel van Mander.
A los cuarenta años, Goltzius encontró una nueva pasión: la pintura. Aunque ya estaba en la cima de su arte como grabador, se dejó llevar por la corriente manierista de la época. Desde alegorías eróticas hasta motivos dramáticos de violencia, sus obras son un caleidoscopio de emociones y técnicas. Pero no sólo brilló su arte. Como maestro, formó a la élite de su época, entre ellos Jacob de Gheyn II y Jan Saenredam. Todos ellos continuaron su influencia y dieron forma al mundo del arte durante generaciones. Un grabado de Goltzius no es sólo una muestra de su talento, sino también un testimonio de la profundidad y diversidad de la historia del arte que cobra vida continuamente en nuestra colección.
Hendrick Goltzius, nacido en los gélidos días de invierno de 1558 en Bracht, no sólo fue un maestro del arte, sino también un pionero del arte del grabado en cobre. En un país conocido por su revolución científica y artística, Goltzius se erigió en monumento.
Formado bajo la atenta mirada de Dirck Volkertszoon Coornhert y Philipp Galle, Goltzius desarrolló una afinidad por la técnica del grabado en cobre. Con una curiosidad incansable, viajó por Italia y Alemania, realizando "treffliche Studien". A pesar de tener la mano derecha malformada -una cicatriz de la infancia provocada por una dolorosa quemadura-, perfeccionó su arte con tal brillantez que se retrató a sí mismo en un autorretrato especial en el que mostraba la mano ideal para su profesión. Cuenta la leyenda que apuñalaba con la mano derecha y pintaba con la izquierda, hecho confirmado por su biógrafo Karel van Mander.
A los cuarenta años, Goltzius encontró una nueva pasión: la pintura. Aunque ya estaba en la cima de su arte como grabador, se dejó llevar por la corriente manierista de la época. Desde alegorías eróticas hasta motivos dramáticos de violencia, sus obras son un caleidoscopio de emociones y técnicas. Pero no sólo brilló su arte. Como maestro, formó a la élite de su época, entre ellos Jacob de Gheyn II y Jan Saenredam. Todos ellos continuaron su influencia y dieron forma al mundo del arte durante generaciones. Un grabado de Goltzius no es sólo una muestra de su talento, sino también un testimonio de la profundidad y diversidad de la historia del arte que cobra vida continuamente en nuestra colección.
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