Giovanni Battista Cima da Conegliano nació en el seno de una familia de trabajadores de la industria textil. En italiano, este gremio se llama "Cimatore", lo que explica el epíteto Cima. El añadido da Conegliano, en cambio, se refiere a la ciudad de Conegliano, que ahora forma parte de la provincia de Treviso y de la que procedía el artista. Durante el resto de su vida, Giovanni Battista seguirá vinculado a la ciudad al pie de los Colli Veneti. Aunque trabajó para clientes de Parma y Bolonia, en Venecia y Reggio Emilia, siempre regresó a su ciudad natal y fue enterrado allí, cerca de la casa de sus padres.
Poco se sabe de los primeros años de la vida del pintor renacentista italiano y de su carrera artística. Incluso su año de nacimiento es oscuro. Sin embargo, basándose en los registros fiscales de su lugar de nacimiento, en los que se menciona por primera vez a un tal Joannes Cimador en 1473, se puede suponer que Giovanni Battista debió ver la luz en 1459 o 1460. Pues según las leyes de la Serenísima, los jóvenes estaban obligados a pagar impuestos a partir de los 14 años. Sin embargo, ya no es posible reconstruir con quién recibió su educación el joven Giovanni Battista. Probablemente le enseñaron en Venecia. En cualquier caso, sus primeros trabajos recuerdan a los de Bartolomeo Montagna, que estuvo activo en la ciudad lagunera.
Los cuadros posteriores de Cima, en cambio, se acercan más al estilo de Masaccio, lo que le valió el apodo de "El Masaccio veneciano". A algunos también les recordaba a Giovanni Bellini, que era unos 20 años mayor y mucho más famoso. Por ello, les gustaba llamarle el "Bellini de los pobres". Ninguna de las dos comparaciones es del todo justa. Las atmosféricas representaciones venecianas de Cima, con su efecto de luz y los colores siempre brillantes y puros, tienen ciertamente su propia independencia. Son cuadros llenos de belleza pictórica, con una fuerte inclusión de paisajes graciosamente transfigurados. Para ellos encontró inspiración en su ciudad natal, pero también en las obras de Albrecht Dürers. El pintor alemán también estuvo en Venecia a principios del siglo XVI e influyó en muchos de sus colegas pintores italianos con su concepción de la naturaleza.
Giovanni Battista Cima da Conegliano puede considerarse un artista extremadamente prolífico. Realizó un gran número de retablos y cuadros de devoción, entre los que se encuentran numerosas Madonnas con Niño. Hoy en día, se conservan más de 30 retablos suyos, más que de cualquier otro de sus contemporáneos. Son notables y únicos para su época los elaborados paisajes en los que representaba sus figuras. Sin embargo, una y otra vez recibió encargos de coleccionistas adinerados para pintar motivos de la mitología griega. Para poder cumplir con todos los encargos, mantuvo un pequeño taller. Sin embargo, no hay pruebas de que haya formado allí a pintores de renombre. Esta educación probablemente no habría sido prometedora para la siguiente generación. En efecto, el estilo de Giovanni Battista Cima da Conegliano permaneció prácticamente inalterado a lo largo de las décadas y el periodo renacentista ya estaba llegando a su fin cuando el artista murió en 1517 o 1518.
Giovanni Battista Cima da Conegliano nació en el seno de una familia de trabajadores de la industria textil. En italiano, este gremio se llama "Cimatore", lo que explica el epíteto Cima. El añadido da Conegliano, en cambio, se refiere a la ciudad de Conegliano, que ahora forma parte de la provincia de Treviso y de la que procedía el artista. Durante el resto de su vida, Giovanni Battista seguirá vinculado a la ciudad al pie de los Colli Veneti. Aunque trabajó para clientes de Parma y Bolonia, en Venecia y Reggio Emilia, siempre regresó a su ciudad natal y fue enterrado allí, cerca de la casa de sus padres.
Poco se sabe de los primeros años de la vida del pintor renacentista italiano y de su carrera artística. Incluso su año de nacimiento es oscuro. Sin embargo, basándose en los registros fiscales de su lugar de nacimiento, en los que se menciona por primera vez a un tal Joannes Cimador en 1473, se puede suponer que Giovanni Battista debió ver la luz en 1459 o 1460. Pues según las leyes de la Serenísima, los jóvenes estaban obligados a pagar impuestos a partir de los 14 años. Sin embargo, ya no es posible reconstruir con quién recibió su educación el joven Giovanni Battista. Probablemente le enseñaron en Venecia. En cualquier caso, sus primeros trabajos recuerdan a los de Bartolomeo Montagna, que estuvo activo en la ciudad lagunera.
Los cuadros posteriores de Cima, en cambio, se acercan más al estilo de Masaccio, lo que le valió el apodo de "El Masaccio veneciano". A algunos también les recordaba a Giovanni Bellini, que era unos 20 años mayor y mucho más famoso. Por ello, les gustaba llamarle el "Bellini de los pobres". Ninguna de las dos comparaciones es del todo justa. Las atmosféricas representaciones venecianas de Cima, con su efecto de luz y los colores siempre brillantes y puros, tienen ciertamente su propia independencia. Son cuadros llenos de belleza pictórica, con una fuerte inclusión de paisajes graciosamente transfigurados. Para ellos encontró inspiración en su ciudad natal, pero también en las obras de Albrecht Dürers. El pintor alemán también estuvo en Venecia a principios del siglo XVI e influyó en muchos de sus colegas pintores italianos con su concepción de la naturaleza.
Giovanni Battista Cima da Conegliano puede considerarse un artista extremadamente prolífico. Realizó un gran número de retablos y cuadros de devoción, entre los que se encuentran numerosas Madonnas con Niño. Hoy en día, se conservan más de 30 retablos suyos, más que de cualquier otro de sus contemporáneos. Son notables y únicos para su época los elaborados paisajes en los que representaba sus figuras. Sin embargo, una y otra vez recibió encargos de coleccionistas adinerados para pintar motivos de la mitología griega. Para poder cumplir con todos los encargos, mantuvo un pequeño taller. Sin embargo, no hay pruebas de que haya formado allí a pintores de renombre. Esta educación probablemente no habría sido prometedora para la siguiente generación. En efecto, el estilo de Giovanni Battista Cima da Conegliano permaneció prácticamente inalterado a lo largo de las décadas y el periodo renacentista ya estaba llegando a su fin cuando el artista murió en 1517 o 1518.
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