Sumerjámonos en la polifacética vida y la singular obra artística de Gioacchino Tomas (1836-1891), maestro de la pintura histórica, realista y de género. El arte de este importante maestro y pintor italiano, cuyas profundidades emocionales sólo se despliegan plenamente sobre el trasfondo de la historia de su vida, nos transporta a la sublime belleza del estilo romántico. En los últimos años de Tomas cristalizó un intenso impulso biográfico, que encontró expresión en su autobiografía, Memorias de un huérfano. En esta reflexión retrospectiva, describe las etapas y experiencias cruciales de su vida: su infancia de privaciones, su inflexibilidad, su búsqueda de redención y su implicación cívica y política. Esta sincera y conmovedora reflexión sobre su carrera dotó a su obra de una inconfundible melancolía que hizo que se le conociera como "il pittore del grigio", el pintor del horror.
Toma, hijo de un reputado médico de Galatina, quedó huérfano muy joven y encontró el camino del arte casi por sí solo. Tras un breve periodo en un convento y un asilo de pobres, donde dio sus primeros pasos en el dibujo, rompió todos los lazos con su familia a los 18 años y huyó a Nápoles. Allí estudió bajo la dirección de los pintores Alessandro Fergola y Domenico Morelli, adquirió el arte de pintar ornamentos y descubrió su pasión por el género de la pintura de bodegones. Su compromiso con las actividades revolucionarias le llevó a unirse a las filas de Garibaldi y Matese antes de decidir compartir su amor por el arte en Nápoles y Florencia impartiendo clases en escuelas.
Como profesor de arte, catedrático de la Real Academia de Bellas Artes de Nápoles y director de la Escuela de Diseño Aplicado, Toma alcanzó un amplio reconocimiento. Sus colecciones de diseños de encajes fueron galardonadas con una medalla de plata en la Esposizione Generale Italiana de Turín y sus escritos sobre diseño elemental, que incluyen una colección de dibujos de plantas y otros dibujos en veinte láminas, siguen enriqueciendo la comprensión del arte en la actualidad. Entre sus alumnos se encontraban artistas de renombre como el escultor Giovanni de Martino y el pintor Lionello Balestrieri. En reconocimiento a su importante contribución al mundo del arte, numerosas calles de toda Italia, incluidas dos de Nápoles, recibieron su nombre.
Hoy, muchos años después de la muerte de Tomas en 1891, sus obras siguen vivas en forma de grabados artísticos que reinterpretan de forma impresionante sus poderosas e inquietantes pinturas. Con gran cuidado, reproducimos estas obras maestras para hacer justicia al carácter único y la profundidad del arte de Tomas y hacerlo accesible a un nuevo público. Sus cautivadoras obras de arte, que narran el dolor y la esperanza de su vida, siguen siendo así una parte permanente e indispensable del patrimonio artístico de Italia.
Sumerjámonos en la polifacética vida y la singular obra artística de Gioacchino Tomas (1836-1891), maestro de la pintura histórica, realista y de género. El arte de este importante maestro y pintor italiano, cuyas profundidades emocionales sólo se despliegan plenamente sobre el trasfondo de la historia de su vida, nos transporta a la sublime belleza del estilo romántico. En los últimos años de Tomas cristalizó un intenso impulso biográfico, que encontró expresión en su autobiografía, Memorias de un huérfano. En esta reflexión retrospectiva, describe las etapas y experiencias cruciales de su vida: su infancia de privaciones, su inflexibilidad, su búsqueda de redención y su implicación cívica y política. Esta sincera y conmovedora reflexión sobre su carrera dotó a su obra de una inconfundible melancolía que hizo que se le conociera como "il pittore del grigio", el pintor del horror.
Toma, hijo de un reputado médico de Galatina, quedó huérfano muy joven y encontró el camino del arte casi por sí solo. Tras un breve periodo en un convento y un asilo de pobres, donde dio sus primeros pasos en el dibujo, rompió todos los lazos con su familia a los 18 años y huyó a Nápoles. Allí estudió bajo la dirección de los pintores Alessandro Fergola y Domenico Morelli, adquirió el arte de pintar ornamentos y descubrió su pasión por el género de la pintura de bodegones. Su compromiso con las actividades revolucionarias le llevó a unirse a las filas de Garibaldi y Matese antes de decidir compartir su amor por el arte en Nápoles y Florencia impartiendo clases en escuelas.
Como profesor de arte, catedrático de la Real Academia de Bellas Artes de Nápoles y director de la Escuela de Diseño Aplicado, Toma alcanzó un amplio reconocimiento. Sus colecciones de diseños de encajes fueron galardonadas con una medalla de plata en la Esposizione Generale Italiana de Turín y sus escritos sobre diseño elemental, que incluyen una colección de dibujos de plantas y otros dibujos en veinte láminas, siguen enriqueciendo la comprensión del arte en la actualidad. Entre sus alumnos se encontraban artistas de renombre como el escultor Giovanni de Martino y el pintor Lionello Balestrieri. En reconocimiento a su importante contribución al mundo del arte, numerosas calles de toda Italia, incluidas dos de Nápoles, recibieron su nombre.
Hoy, muchos años después de la muerte de Tomas en 1891, sus obras siguen vivas en forma de grabados artísticos que reinterpretan de forma impresionante sus poderosas e inquietantes pinturas. Con gran cuidado, reproducimos estas obras maestras para hacer justicia al carácter único y la profundidad del arte de Tomas y hacerlo accesible a un nuevo público. Sus cautivadoras obras de arte, que narran el dolor y la esperanza de su vida, siguen siendo así una parte permanente e indispensable del patrimonio artístico de Italia.
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