El pintor Georg Friedrich Kersting (31 de octubre de 1785 - 1 de julio de 1847) fue una luz brillante en la época del Biedermeier y un pionero del Romanticismo alemán. Kersting, conocido por sus sutiles pinturas de interiores y su simbiosis creativa con el célebre pintor Caspar David Friedrich, procedía de una familia pobre de Güstrow (Mecklemburgo-Schwerin). Adquirió su arte, visible en nuestros grabados, en la Academia de Copenhague, considerada una institución progresista en aquella época. Allí también ganó una medalla de plata por sus dibujos.
La claridad visual de la escuela danesa contemporánea dejó una impresión indeleble en Kersting y tuvo una influencia duradera en su estilo. El año 1813 marcó un punto de inflexión decisivo en su vida, cuando se alistó en el Lützower Freikorps, una fuerza de voluntarios del ejército prusiano. Este compromiso como luchador por la libertad es palpable en algunas de sus obras de arte y añade una dimensión extra a nuestras impresiones artísticas. Más tarde se trasladó a Polonia para trabajar como maestro dibujante antes de regresar a Meissen, donde fundó una familia y fue nombrado artista jefe de la Fábrica de Porcelana de Meissen.
En estrecha amistad e intercambio artístico con Caspar David Friedrich, el pintor más destacado del romanticismo alemán, Kersting realizó una serie de excursiones por las montañas Krkonoše que le dejaron una impresión duradera. Sus impresiones y observaciones compartidas fluyen en numerosas obras de arte y se reflejan en las impresiones artísticas que estamos orgullosos de ofrecer. Se sabe que Kersting incluso pintó el pentagrama en algunas de las primeras obras de Friedrich, lo que subraya el íntimo vínculo entre los dos artistas.
Las obras de Kersting están profundamente impregnadas de una empatía por la vida sencilla, expresada en sus representaciones de figuras en interiores. Inspiradas en la pintura de género holandesa del siglo XVII, estas obras captan la cotidianidad y los momentos privados de sus personajes. Sin embargo, parecen a la vez contemporáneas y universales, aludiendo tanto a su propia vida como a una experiencia humana más amplia. Georg Friedrich Kersting, un artista que celebraba la sutil belleza de lo cotidiano, nos ha dejado un rico legado. Sus retratos realistas y su habilidad para tejer historias con colores y formas se encuentran en nuestras estampas, que hacen justicia al espíritu de su arte.
El pintor Georg Friedrich Kersting (31 de octubre de 1785 - 1 de julio de 1847) fue una luz brillante en la época del Biedermeier y un pionero del Romanticismo alemán. Kersting, conocido por sus sutiles pinturas de interiores y su simbiosis creativa con el célebre pintor Caspar David Friedrich, procedía de una familia pobre de Güstrow (Mecklemburgo-Schwerin). Adquirió su arte, visible en nuestros grabados, en la Academia de Copenhague, considerada una institución progresista en aquella época. Allí también ganó una medalla de plata por sus dibujos.
La claridad visual de la escuela danesa contemporánea dejó una impresión indeleble en Kersting y tuvo una influencia duradera en su estilo. El año 1813 marcó un punto de inflexión decisivo en su vida, cuando se alistó en el Lützower Freikorps, una fuerza de voluntarios del ejército prusiano. Este compromiso como luchador por la libertad es palpable en algunas de sus obras de arte y añade una dimensión extra a nuestras impresiones artísticas. Más tarde se trasladó a Polonia para trabajar como maestro dibujante antes de regresar a Meissen, donde fundó una familia y fue nombrado artista jefe de la Fábrica de Porcelana de Meissen.
En estrecha amistad e intercambio artístico con Caspar David Friedrich, el pintor más destacado del romanticismo alemán, Kersting realizó una serie de excursiones por las montañas Krkonoše que le dejaron una impresión duradera. Sus impresiones y observaciones compartidas fluyen en numerosas obras de arte y se reflejan en las impresiones artísticas que estamos orgullosos de ofrecer. Se sabe que Kersting incluso pintó el pentagrama en algunas de las primeras obras de Friedrich, lo que subraya el íntimo vínculo entre los dos artistas.
Las obras de Kersting están profundamente impregnadas de una empatía por la vida sencilla, expresada en sus representaciones de figuras en interiores. Inspiradas en la pintura de género holandesa del siglo XVII, estas obras captan la cotidianidad y los momentos privados de sus personajes. Sin embargo, parecen a la vez contemporáneas y universales, aludiendo tanto a su propia vida como a una experiencia humana más amplia. Georg Friedrich Kersting, un artista que celebraba la sutil belleza de lo cotidiano, nos ha dejado un rico legado. Sus retratos realistas y su habilidad para tejer historias con colores y formas se encuentran en nuestras estampas, que hacen justicia al espíritu de su arte.
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