Frederick Goodall nació en Londres como hijo de un grabador. Ya a la edad de 16 años sus primeras obras de acuarela fueron exhibidas en la Academia Real. Con el dinero del premio y las ganancias de sus primeras ventas, financió viajes a Bretaña e Irlanda. Aquí comenzó a especializarse en escenas románticas de la vida de la aldea, como en la representación de la "oficina de correos del pueblo". Pronto se convirtió en miembro de la Real Academia de las Artes y ganó reconocimiento y una gran fortuna con su trabajo artístico.
En 1858 hizo un viaje a Egipto, donde visitó El Cairo y las pirámides y vivió en un campamento beduino. Se dejó crecer la barba y se puso una túnica blanca y un fez rojo. Trajo un rebaño de cabras y ovejas egipcias a Inglaterra, donde las mantuvo en su finca. El viaje a Egipto marca un punto de inflexión en su carrera. En los años siguientes, las pinturas de Goodall trataban exclusivamente de Egipto y se basaban en bocetos que había hecho allí. Los viajes a Egipto también lo inspiraron a crear pinturas de gran formato con temas bíblicos como "Rebeca en el pozo".
A Goodall le fascinaban las multitudes en el bazar, las mezquitas, las tallas de los balcones, la esfinge que descansaba a la luz de la luna, pero sobre todo la vida de los beduinos en el desierto, que describía, por ejemplo, en sus obras "Beduino en el desierto" y "La oración vespertina en Occidente". En el momento de su muerte, Frederick Goodalls era un hombre empobrecido que había consumido toda su riqueza.
Frederick Goodall nació en Londres como hijo de un grabador. Ya a la edad de 16 años sus primeras obras de acuarela fueron exhibidas en la Academia Real. Con el dinero del premio y las ganancias de sus primeras ventas, financió viajes a Bretaña e Irlanda. Aquí comenzó a especializarse en escenas románticas de la vida de la aldea, como en la representación de la "oficina de correos del pueblo". Pronto se convirtió en miembro de la Real Academia de las Artes y ganó reconocimiento y una gran fortuna con su trabajo artístico.
En 1858 hizo un viaje a Egipto, donde visitó El Cairo y las pirámides y vivió en un campamento beduino. Se dejó crecer la barba y se puso una túnica blanca y un fez rojo. Trajo un rebaño de cabras y ovejas egipcias a Inglaterra, donde las mantuvo en su finca. El viaje a Egipto marca un punto de inflexión en su carrera. En los años siguientes, las pinturas de Goodall trataban exclusivamente de Egipto y se basaban en bocetos que había hecho allí. Los viajes a Egipto también lo inspiraron a crear pinturas de gran formato con temas bíblicos como "Rebeca en el pozo".
A Goodall le fascinaban las multitudes en el bazar, las mezquitas, las tallas de los balcones, la esfinge que descansaba a la luz de la luna, pero sobre todo la vida de los beduinos en el desierto, que describía, por ejemplo, en sus obras "Beduino en el desierto" y "La oración vespertina en Occidente". En el momento de su muerte, Frederick Goodalls era un hombre empobrecido que había consumido toda su riqueza.
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