Las ondulantes luces de Nápoles, los resplandecientes azules y verdes del mar y el sereno susurro de la cultura de esta fascinante ciudad fueron los escenarios de la infancia de Francesco De Mura, uno de los pintores más importantes de la transición entre el Barroco y el Clasicismo. Nacido el 21 de abril de 1696, De Mura creció en un mundo rodeado por la belleza del arte. A partir de ahí inició un viaje que dejaría su firma en el camino de la historia del arte. De Mura comenzó su formación artística en 1709 con Domenico Viola antes de trasladarse a la escuela de Francesco Solimena, donde permaneció hasta 1730, convirtiéndose en el alumno y colaborador más importante de Solimena. Fue durante este periodo crucial cuando De Mura desarrolló su estilo personal, mezclando la belleza y el esplendor del Barroco con las líneas limpias y las proporciones equilibradas del naciente Clasicismo. Sus dotes como pintor decorativo y colorista eran insuperables y su obra puede rivalizar sin duda con la de Tiépolo. Especializadas en la reproducción de sus obras, nuestras impresiones artísticas de alta calidad son un testimonio de su extraordinaria delicadeza artística.
La extraordinaria carrera de De Mura le llevó más allá de Nápoles, a las ciudades de Caiazzo, Capua, Montecassino, Salerno, Foggia y Turín, donde decoró los muros de iglesias y palacios con sus impresionantes frescos y pinturas sobre tabla. Sus obras, que se mantienen vivas gracias a nuestras precisas impresiones artísticas, son testimonio de su desarrollo artístico y de su impresionante destreza. En 1741 fue destinado a la corte real de Turín, donde pintó frescos de tema mitológico en el Palazzo Reale. En medio del esplendor real, De Mura también encontró tiempo para ampliar sus horizontes artísticos, colaborando con importantes artistas como los arquitectos Filippo or Juvara Juvarra y Benedetto Alfieri, y el pintor Corrado Giaquinto. Francesco De Mura regresó a Nápoles en 1743 y fue nombrado pintor de corte de los reyes Borbones. Sus habilidades y su talento no se limitaron a su propia generación. Fue maestro de Elia Interguglielmi y Pietro Bardellino, que desarrollaron su propia creatividad bajo su atenta mirada. Nuestras exquisitas impresiones artísticas de las obras maestras de De Mura son algo más que simples reimpresiones de sus cuadros. Son el testimonio del viaje artístico de un hombre que fue un maestro del color y la forma en el siglo XVIII. Una mirada a nuestras impresiones artísticas revela no sólo la profundidad de la visión artística de De Mura, sino también la rica herencia cultural que transmitió con cada pincelada. Francesco De Mura murió el 19 de agosto de 1782, pero su arte, que permanece vivo a través de nuestras estampas, es un testimonio constante de su genio y virtuosismo artístico.
Las ondulantes luces de Nápoles, los resplandecientes azules y verdes del mar y el sereno susurro de la cultura de esta fascinante ciudad fueron los escenarios de la infancia de Francesco De Mura, uno de los pintores más importantes de la transición entre el Barroco y el Clasicismo. Nacido el 21 de abril de 1696, De Mura creció en un mundo rodeado por la belleza del arte. A partir de ahí inició un viaje que dejaría su firma en el camino de la historia del arte. De Mura comenzó su formación artística en 1709 con Domenico Viola antes de trasladarse a la escuela de Francesco Solimena, donde permaneció hasta 1730, convirtiéndose en el alumno y colaborador más importante de Solimena. Fue durante este periodo crucial cuando De Mura desarrolló su estilo personal, mezclando la belleza y el esplendor del Barroco con las líneas limpias y las proporciones equilibradas del naciente Clasicismo. Sus dotes como pintor decorativo y colorista eran insuperables y su obra puede rivalizar sin duda con la de Tiépolo. Especializadas en la reproducción de sus obras, nuestras impresiones artísticas de alta calidad son un testimonio de su extraordinaria delicadeza artística.
La extraordinaria carrera de De Mura le llevó más allá de Nápoles, a las ciudades de Caiazzo, Capua, Montecassino, Salerno, Foggia y Turín, donde decoró los muros de iglesias y palacios con sus impresionantes frescos y pinturas sobre tabla. Sus obras, que se mantienen vivas gracias a nuestras precisas impresiones artísticas, son testimonio de su desarrollo artístico y de su impresionante destreza. En 1741 fue destinado a la corte real de Turín, donde pintó frescos de tema mitológico en el Palazzo Reale. En medio del esplendor real, De Mura también encontró tiempo para ampliar sus horizontes artísticos, colaborando con importantes artistas como los arquitectos Filippo or Juvara Juvarra y Benedetto Alfieri, y el pintor Corrado Giaquinto. Francesco De Mura regresó a Nápoles en 1743 y fue nombrado pintor de corte de los reyes Borbones. Sus habilidades y su talento no se limitaron a su propia generación. Fue maestro de Elia Interguglielmi y Pietro Bardellino, que desarrollaron su propia creatividad bajo su atenta mirada. Nuestras exquisitas impresiones artísticas de las obras maestras de De Mura son algo más que simples reimpresiones de sus cuadros. Son el testimonio del viaje artístico de un hombre que fue un maestro del color y la forma en el siglo XVIII. Una mirada a nuestras impresiones artísticas revela no sólo la profundidad de la visión artística de De Mura, sino también la rica herencia cultural que transmitió con cada pincelada. Francesco De Mura murió el 19 de agosto de 1782, pero su arte, que permanece vivo a través de nuestras estampas, es un testimonio constante de su genio y virtuosismo artístico.
Página 1 / 1