Charles Le Brun es uno de los artistas franceses más poderosos. El pintor, escultor, arquitecto y artista ornamental fue el padre espiritual y la fuerza motriz de la época de estilo que hoy llamamos Luis XIV. La enorme amplitud de su producción creativa - no sólo era pintor y escultor, sino también decorador de interiores, yesero y diseñador de alfombras, papeles pintados y tapices - le permitió dejar su huella en todo el arte de esta época. Su estilo dejó su marca en las generaciones posteriores de artistas cortesanos y sirvió como referencia y contraparte idealizada del exuberante Rokoko hasta bien entrado el siglo XVIII.
La carrera de Le Brun comenzó temprano, a la edad de 13 años, cuando un dibujo de Luis III a caballo hecho por él llamó la atención del entonces canciller Ségnier. Después, el talento del joven aprendiz de cantero fue sistemáticamente fomentado. Nacido en París en 1619, Le Bruns ya era pintor de la corte en 1638 y recibió sus primeros encargos del cardenal Richelieu. Sus mecenas cortesanos permitieron al artista pasar un tiempo en Italia, donde perfeccionó su formación y estudió en Roma con Nicolas Poussin, entre otros. Durante este tiempo también se dedicó a las obras de Carracci, Raffael y Renis, que influyeron fuertemente en su trabajo posterior. Por ejemplo, una de las obras más famosas de Le Brun, Einzug Alexanders in Babylon, que se puede ver hoy en el Louvre.
Charles Le Brun es uno de los artistas franceses más poderosos. El pintor, escultor, arquitecto y artista ornamental fue el padre espiritual y la fuerza motriz de la época de estilo que hoy llamamos Luis XIV. La enorme amplitud de su producción creativa - no sólo era pintor y escultor, sino también decorador de interiores, yesero y diseñador de alfombras, papeles pintados y tapices - le permitió dejar su huella en todo el arte de esta época. Su estilo dejó su marca en las generaciones posteriores de artistas cortesanos y sirvió como referencia y contraparte idealizada del exuberante Rokoko hasta bien entrado el siglo XVIII.
La carrera de Le Brun comenzó temprano, a la edad de 13 años, cuando un dibujo de Luis III a caballo hecho por él llamó la atención del entonces canciller Ségnier. Después, el talento del joven aprendiz de cantero fue sistemáticamente fomentado. Nacido en París en 1619, Le Bruns ya era pintor de la corte en 1638 y recibió sus primeros encargos del cardenal Richelieu. Sus mecenas cortesanos permitieron al artista pasar un tiempo en Italia, donde perfeccionó su formación y estudió en Roma con Nicolas Poussin, entre otros. Durante este tiempo también se dedicó a las obras de Carracci, Raffael y Renis, que influyeron fuertemente en su trabajo posterior. Por ejemplo, una de las obras más famosas de Le Brun, Einzug Alexanders in Babylon, que se puede ver hoy en el Louvre.
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