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Benvenuto Cellini, nacido el 3 de noviembre de 1500 en Florencia y fallecido allí el 13 de febrero de 1571, fue un importante representante del manierismo, movimiento artístico de finales del Renacimiento. Como orfebre y escultor italiano, dejó una huella imborrable en la historia del arte. En este contexto, se le considera uno de los más grandes escultores de la post-antigüedad y representa el "uomo universale" del Renacimiento italiano, distinguido por su versatilidad en diversos campos.
Su padre, Giovanni Cellini, fue un maestro de obras y músico que trabajó al servicio de los Médicis, una poderosa familia italiana de la época. Cellini creció en un ambiente artístico en el que su padre también fabricaba instrumentos musicales. En un principio iba a seguir los pasos musicales de su padre, pero a los 14 años decidió dedicarse a la orfebrería. Comenzó su aprendizaje con Michelangelo da Viviano, el padre de su futuro archirrival Baccio Bandinelli, antes de pasar al taller de Antonio di Sandro.
Cellini fue una figura controvertida. Su autobiografía revela que cometió asesinato en tres ocasiones. A pesar de su oscuro pasado, estaba muy bien considerado como artista y desempeñó diversas funciones, como orfebre, escultor, medallista, escritor y músico.
La obra de Cellini, que incluye algunas de las mejores esculturas y joyas del Renacimiento, cayó prácticamente en el olvido tras su muerte y no fue redescubierta hasta el siglo XIX. Su carrera artística, que se desarrolló tanto en Florencia como en Roma, estuvo marcada por su trabajo para importantes figuras como los papas y la familia Médicis.
Probablemente su escultura más famosa sea "Perseo con la cabeza de Medusa", expuesta en la Loggia dei Lanzi de Florencia. Esta obra, que tardó ocho años en completarse y estuvo plagada de dificultades en repetidas ocasiones, se considera su obra maestra y cimentó su reputación como uno de los principales escultores de su época.
En sus últimos años, Cellini se pasó al estado clerical y tomó la tonsura en 1558. A pesar de este cambio, siguió siendo polémico y a menudo se vio envuelto en disputas legales. Murió en Florencia en 1571, pero su legado perdura en sus impresionantes obras y en su fascinante autobiografía.
Benvenuto Cellini, nacido el 3 de noviembre de 1500 en Florencia y fallecido allí el 13 de febrero de 1571, fue un importante representante del manierismo, movimiento artístico de finales del Renacimiento. Como orfebre y escultor italiano, dejó una huella imborrable en la historia del arte. En este contexto, se le considera uno de los más grandes escultores de la post-antigüedad y representa el "uomo universale" del Renacimiento italiano, distinguido por su versatilidad en diversos campos.
Su padre, Giovanni Cellini, fue un maestro de obras y músico que trabajó al servicio de los Médicis, una poderosa familia italiana de la época. Cellini creció en un ambiente artístico en el que su padre también fabricaba instrumentos musicales. En un principio iba a seguir los pasos musicales de su padre, pero a los 14 años decidió dedicarse a la orfebrería. Comenzó su aprendizaje con Michelangelo da Viviano, el padre de su futuro archirrival Baccio Bandinelli, antes de pasar al taller de Antonio di Sandro.
Cellini fue una figura controvertida. Su autobiografía revela que cometió asesinato en tres ocasiones. A pesar de su oscuro pasado, estaba muy bien considerado como artista y desempeñó diversas funciones, como orfebre, escultor, medallista, escritor y músico.
La obra de Cellini, que incluye algunas de las mejores esculturas y joyas del Renacimiento, cayó prácticamente en el olvido tras su muerte y no fue redescubierta hasta el siglo XIX. Su carrera artística, que se desarrolló tanto en Florencia como en Roma, estuvo marcada por su trabajo para importantes figuras como los papas y la familia Médicis.
Probablemente su escultura más famosa sea "Perseo con la cabeza de Medusa", expuesta en la Loggia dei Lanzi de Florencia. Esta obra, que tardó ocho años en completarse y estuvo plagada de dificultades en repetidas ocasiones, se considera su obra maestra y cimentó su reputación como uno de los principales escultores de su época.
En sus últimos años, Cellini se pasó al estado clerical y tomó la tonsura en 1558. A pesar de este cambio, siguió siendo polémico y a menudo se vio envuelto en disputas legales. Murió en Florencia en 1571, pero su legado perdura en sus impresionantes obras y en su fascinante autobiografía.