Corría el siglo XVI cuando Basilius Besler (1561-1629), en Núremberg, Alemania, dedicó su vida al estudio de la botánica. Besler, un respetado farmacéutico, combinó su pasión por el mundo natural con su práctica profesional y dejó una huella indeleble en el mundo de la botánica. Se hizo famoso sobre todo por su monumental obra "Hortus Eystettensis", que sigue considerándose una obra maestra de la ilustración botánica. Besler nació el 13 de febrero de 1561, hijo de Michael Besler, y continuó su vida en Núremberg, donde se casó dos veces y crió un total de 16 hijos. Se distinguió no sólo por su familia, sino también por su importante papel en el consejo de la ciudad, para el que fue elegido en 1594. En 1589 fundó una botica llamada "Zum Marienbild" en el Heumarkt de Núremberg, que también sirvió de escenario para su jardín botánico personal y su exquisita colección de especímenes vegetales.
Con el tiempo, Besler se convirtió en conservador del jardín de Johann Konrad von Gemmingen, príncipe-obispo de Eichstätt, en Baviera. Este jardín, conocido como el Jardín de Eichstätt, era un centro de interés botánico y figuraba, junto con el Hortus Botanicus de Leiden, entre los jardines botánicos más importantes de Europa fuera de Italia. Los jardines que rodeaban el palacio episcopal de Willibaldsburg se trazaron en 1596 según el diseño de Joachim Camerarius el Joven, colega de Besler. Tras la muerte de Camerarius en 1598, Besler continuó su trabajo, trasladando las plantas restantes a Eichstätt y supervisando su cuidado y crecimiento.
Fue en este jardín donde Besler recibió el encargo de compilar un códice de las plantas que allí crecían. Este proyecto, que continuó a pesar de la muerte del obispo antes de su publicación en 1613, dio lugar a la creación del "Hortus Eystettensis". Este atlas de plantas o florilegio, que utilizaba tanto nombres latinos como alemanes antiguos, era la obra más grande y magnífica de su género cuando se publicó. Besler, que nunca se consideró un científico, basó su obra en la literatura existente en su época y contribuyó así de forma significativa a la introducción en Alemania de muchas plantas de ultramar. A pesar del saqueo de los jardines por las tropas suecas del duque Bernhard de Weimar en 1633/34 y la posterior reconstrucción en 1998, las finas líneas y los detalles de nuestras impresiones artísticas nos permiten retroceder en el tiempo y mirar a través de los ojos de Basilius Besler. La recreación de estos jardines, antaño magníficos, fue posible gracias a las detalladas representaciones de la vida vegetal que Besler creó en su día.
Basilius Besler murió en Núremberg el 13 de marzo de 1629, pero su influencia en el mundo de la botánica perdura. Como empresa dedicada a la apreciación del arte y la historia, producimos impresiones artísticas de alta calidad de las ilustraciones botánicas de Besler. Cada impresión artística es una expresión del profundo aprecio que Besler sentía por el mundo natural. Con un cuidado meticuloso, reproducimos las finas líneas y los colores de sus dibujos, dando vida una vez más a su visión del mundo de las plantas. De este modo, queremos honrar el espíritu de Basil Besler y poner su extraordinaria obra al alcance de un público más amplio.
Corría el siglo XVI cuando Basilius Besler (1561-1629), en Núremberg, Alemania, dedicó su vida al estudio de la botánica. Besler, un respetado farmacéutico, combinó su pasión por el mundo natural con su práctica profesional y dejó una huella indeleble en el mundo de la botánica. Se hizo famoso sobre todo por su monumental obra "Hortus Eystettensis", que sigue considerándose una obra maestra de la ilustración botánica. Besler nació el 13 de febrero de 1561, hijo de Michael Besler, y continuó su vida en Núremberg, donde se casó dos veces y crió un total de 16 hijos. Se distinguió no sólo por su familia, sino también por su importante papel en el consejo de la ciudad, para el que fue elegido en 1594. En 1589 fundó una botica llamada "Zum Marienbild" en el Heumarkt de Núremberg, que también sirvió de escenario para su jardín botánico personal y su exquisita colección de especímenes vegetales.
Con el tiempo, Besler se convirtió en conservador del jardín de Johann Konrad von Gemmingen, príncipe-obispo de Eichstätt, en Baviera. Este jardín, conocido como el Jardín de Eichstätt, era un centro de interés botánico y figuraba, junto con el Hortus Botanicus de Leiden, entre los jardines botánicos más importantes de Europa fuera de Italia. Los jardines que rodeaban el palacio episcopal de Willibaldsburg se trazaron en 1596 según el diseño de Joachim Camerarius el Joven, colega de Besler. Tras la muerte de Camerarius en 1598, Besler continuó su trabajo, trasladando las plantas restantes a Eichstätt y supervisando su cuidado y crecimiento.
Fue en este jardín donde Besler recibió el encargo de compilar un códice de las plantas que allí crecían. Este proyecto, que continuó a pesar de la muerte del obispo antes de su publicación en 1613, dio lugar a la creación del "Hortus Eystettensis". Este atlas de plantas o florilegio, que utilizaba tanto nombres latinos como alemanes antiguos, era la obra más grande y magnífica de su género cuando se publicó. Besler, que nunca se consideró un científico, basó su obra en la literatura existente en su época y contribuyó así de forma significativa a la introducción en Alemania de muchas plantas de ultramar. A pesar del saqueo de los jardines por las tropas suecas del duque Bernhard de Weimar en 1633/34 y la posterior reconstrucción en 1998, las finas líneas y los detalles de nuestras impresiones artísticas nos permiten retroceder en el tiempo y mirar a través de los ojos de Basilius Besler. La recreación de estos jardines, antaño magníficos, fue posible gracias a las detalladas representaciones de la vida vegetal que Besler creó en su día.
Basilius Besler murió en Núremberg el 13 de marzo de 1629, pero su influencia en el mundo de la botánica perdura. Como empresa dedicada a la apreciación del arte y la historia, producimos impresiones artísticas de alta calidad de las ilustraciones botánicas de Besler. Cada impresión artística es una expresión del profundo aprecio que Besler sentía por el mundo natural. Con un cuidado meticuloso, reproducimos las finas líneas y los colores de sus dibujos, dando vida una vez más a su visión del mundo de las plantas. De este modo, queremos honrar el espíritu de Basil Besler y poner su extraordinaria obra al alcance de un público más amplio.
Página 1 / 1