En medio de la singular belleza de Italia, concretamente de Florencia, vio la luz un artista destinado a dejar una huella profunda y duradera en el patrimonio artístico. Se trata de Bartolomeo Bimbi, representante autorizado del manierismo, nacido en 1648, y cuyas obras -especialmente sus bodegones- siguen siendo reconocidas hoy en día como destacados representantes de su género. Hijo de Nicolò, Bimbi nació en Settignano el 15 de mayo y creció en un mundo de colores y formas. Comenzó su formación bajo la dirección de Lorenzo Lippi y, más tarde, de Onorio Marinari. Con ellos exploró los secretos de la pintura y sentó las bases de su futura carrera. Aunque Bimbi estaba ciertamente cualificado para la pintura de figuras, reveló una devoción casi exclusiva por el bodegón y el retrato. Su viaje a Roma con el cardenal Leopoldo de Médicis marcó un punto de inflexión en su obra y le abrió las puertas de la corte y la aristocracia florentinas.
La influencia de Jacopo Ligozzi es inconfundible en la obra de Bimbi, sobre todo en su amor por la colección botánica de los Médicis. Cosme III, el Gran Duque de Toscana, le encargó que llenara grandes lienzos con vívidas representaciones de la flora y la fauna. Estas obras maestras aún adornan las paredes de las villas de los Medici dell'Ambrogiana y della Topaia, así como el Palazzo Pitti y el Museo Botanico dell'Universita. Bimbi murió en Florencia el 14 de enero de 1729, pero dejó un legado que perdura hasta nuestros días. Sus obras se han conservado no sólo en su forma original, sino también en forma de grabados artísticos. Estas estampas son más que simples reproducciones de las obras originales. Son un impresionante tributo al incomparable talento y atención al detalle de Bimbi. A través de estas estampas, la belleza de sus bodegones y retratos será accesible a una nueva generación de amantes del arte que contemplarán sus obras con la misma admiración que lo hicieron la aristocracia y la corte de Florencia en su época.
En medio de la singular belleza de Italia, concretamente de Florencia, vio la luz un artista destinado a dejar una huella profunda y duradera en el patrimonio artístico. Se trata de Bartolomeo Bimbi, representante autorizado del manierismo, nacido en 1648, y cuyas obras -especialmente sus bodegones- siguen siendo reconocidas hoy en día como destacados representantes de su género. Hijo de Nicolò, Bimbi nació en Settignano el 15 de mayo y creció en un mundo de colores y formas. Comenzó su formación bajo la dirección de Lorenzo Lippi y, más tarde, de Onorio Marinari. Con ellos exploró los secretos de la pintura y sentó las bases de su futura carrera. Aunque Bimbi estaba ciertamente cualificado para la pintura de figuras, reveló una devoción casi exclusiva por el bodegón y el retrato. Su viaje a Roma con el cardenal Leopoldo de Médicis marcó un punto de inflexión en su obra y le abrió las puertas de la corte y la aristocracia florentinas.
La influencia de Jacopo Ligozzi es inconfundible en la obra de Bimbi, sobre todo en su amor por la colección botánica de los Médicis. Cosme III, el Gran Duque de Toscana, le encargó que llenara grandes lienzos con vívidas representaciones de la flora y la fauna. Estas obras maestras aún adornan las paredes de las villas de los Medici dell'Ambrogiana y della Topaia, así como el Palazzo Pitti y el Museo Botanico dell'Universita. Bimbi murió en Florencia el 14 de enero de 1729, pero dejó un legado que perdura hasta nuestros días. Sus obras se han conservado no sólo en su forma original, sino también en forma de grabados artísticos. Estas estampas son más que simples reproducciones de las obras originales. Son un impresionante tributo al incomparable talento y atención al detalle de Bimbi. A través de estas estampas, la belleza de sus bodegones y retratos será accesible a una nueva generación de amantes del arte que contemplarán sus obras con la misma admiración que lo hicieron la aristocracia y la corte de Florencia en su época.
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