El paisajista austriaco Anton Hansch contribuyó discretamente a la representación artística del panorama alpino. Nacido en Viena el 24 de marzo de 1813, formaba parte de una familia vienesa de larga tradición que vivía en lo que entonces eran los suburbios de Viena. Su camino hacia la pintura le llevó a la prestigiosa Academia de Bellas Artes de Viena, donde se perfeccionó bajo la tutela del paisajista Josef Mössmer entre 1826 y 1836. El proceso creativo de Hansch solía ir acompañado de viajes a la región alpina, normalmente en compañía de su amigo y colega Friedrich Gauermann. Estos viajes dejaron impresiones imborrables, que plasmó en sus obras y que se convirtieron en la fuente de sus extraordinarias representaciones de los Alpes.
La carrera de Anton Hansch alcanzó un hito importante en 1848, cuando se convirtió en miembro de la Academia de Viena, a lo que siguió su ingreso en la Künstlerhaus en 1861. Las obras de Hansch nos presentan paisajes alpinos idílicos y cargados de heroísmo, que le granjearon la reputación de destacado pintor austriaco de los Alpes y las montañas en la segunda mitad del siglo XIX. Sus extraordinarios cuadros de paisajes, reproducidos al más mínimo detalle por nuestras impresiones artísticas, ofrecen una extraordinaria visión de la belleza y majestuosidad de los Alpes vistos a través de los ojos de Hansch.
En 1875 Hansch se trasladó a Salzburgo, donde murió un año después. Su dedicación al arte y su contribución a la pintura de paisaje fueron reconocidas en Viena-Hietzing, donde en 1930 se bautizó Hanschweg en su honor. Las huellas artísticas dejadas por Anton Hansch en la pintura de paisajes perduran en nuestras impresiones artísticas de alta calidad. No sólo son un homenaje a sus extraordinarias habilidades, sino que también nos permiten llevar a nuestros hogares algunos de los asombrosos paisajes alpinos que tan amorosamente capturó.
El paisajista austriaco Anton Hansch contribuyó discretamente a la representación artística del panorama alpino. Nacido en Viena el 24 de marzo de 1813, formaba parte de una familia vienesa de larga tradición que vivía en lo que entonces eran los suburbios de Viena. Su camino hacia la pintura le llevó a la prestigiosa Academia de Bellas Artes de Viena, donde se perfeccionó bajo la tutela del paisajista Josef Mössmer entre 1826 y 1836. El proceso creativo de Hansch solía ir acompañado de viajes a la región alpina, normalmente en compañía de su amigo y colega Friedrich Gauermann. Estos viajes dejaron impresiones imborrables, que plasmó en sus obras y que se convirtieron en la fuente de sus extraordinarias representaciones de los Alpes.
La carrera de Anton Hansch alcanzó un hito importante en 1848, cuando se convirtió en miembro de la Academia de Viena, a lo que siguió su ingreso en la Künstlerhaus en 1861. Las obras de Hansch nos presentan paisajes alpinos idílicos y cargados de heroísmo, que le granjearon la reputación de destacado pintor austriaco de los Alpes y las montañas en la segunda mitad del siglo XIX. Sus extraordinarios cuadros de paisajes, reproducidos al más mínimo detalle por nuestras impresiones artísticas, ofrecen una extraordinaria visión de la belleza y majestuosidad de los Alpes vistos a través de los ojos de Hansch.
En 1875 Hansch se trasladó a Salzburgo, donde murió un año después. Su dedicación al arte y su contribución a la pintura de paisaje fueron reconocidas en Viena-Hietzing, donde en 1930 se bautizó Hanschweg en su honor. Las huellas artísticas dejadas por Anton Hansch en la pintura de paisajes perduran en nuestras impresiones artísticas de alta calidad. No sólo son un homenaje a sus extraordinarias habilidades, sino que también nos permiten llevar a nuestros hogares algunos de los asombrosos paisajes alpinos que tan amorosamente capturó.
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